domingo, 14 de marzo de 2010

Sopesando las alternativas de ADEX

Por Juan José Garrido
En reciente entrevista, el Presidente de ADEX sostiene tres premisas sobre el sector que dirige: primero, que las exportaciones son “el motor de la economía”; segundo, que en el manejo de la crisis: “lo que se ha promovido son las importaciones, que no generan mano de obra”; finalmente, interrogado sobre el drawback sostiene apenado: “a mitad de año se bajará a 6.5%, pero no entendemos cuáles son las razones”.
Dado que a la Asociación de Exportadores le preocupa —según sus declaraciones— mejorar la calidad de vida de los peruanos, nos figuramos que una discusión sobre las premisas expuestas serían oportunas.
Podríamos, por ejemplo, revisar la data que contrasta la primera premisa: en los últimos cinco años las exportaciones —como porcentaje del PBI— han significado 26.81% en promedio; el sector servicios, sin embargo, representa 40.43% del mismo. Sin duda es extraordinario el crecimiento de los sectores transables, lo cual se traduce en mayores y mejores puestos de trabajo, estabiliza nuestra economía, et al; empero, es la revolución en el sector servicios —tal como India (ver http://www.voxeu.org/index.php?q=node/4673)— la que pone en duda el supuesto de la industrialización como clave necesaria para lograr el desarrollo.
Sobre la segunda premisa, sería conveniente adelantar que las importaciones sí generan puestos de trabajo —de hecho, está muy ligado a la revolución en servicios mencionada anteriormente—. Empero, las ventajas de las importanciones no residen sólo en el plano laboral; siguiendo los deseos de ADEX, suponemos que será una buena noticia hacerles notar que un mayor ingreso de bienes importados implica mejores alternativas para los consumidores locales: en calidad, precios, conceptos, diseños y propiedades, entre otros; y las ventajas no acaban allí. Las importaciones proveen de nuevas tecnologías, inducen a nuevos procesos de gestión y negocios, y otros beneficios colaterales. Todo ello, en su conjunto, significa mayor demanda de puestos de trabajo y, por supuesto, mejoras sustanciales en la calidad de vida de millones de peruanos.
Finalmente, sobre el tercer argumento, la premisa contradice el objetivo de ADEX. Por supuesto que el drawback mejora la calidad de vida de unos peruanos, aquellos directamente relacionados al sector exportaciones; empero, esas mejoras son a costa del resto de peruanos. Es decir, se perjudica a millones de peruanos para hacerle el negocio más fácil a un grupo reducido de favorecidos —abaratando, de paso, los bienes a los consumidores extranjeros, la mayoría de los cuales son países inmensamente más ricos que el Perú—.
Entre las premisas de ADEX y su objetivo, nos quedamos con lo segundo; bueno fuera que ellos también.

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