martes, 27 de enero de 2009

Diagnóstico Socialista Sobre El Capitalismo

Autor: Carlos Rodriguez Braun

El diputado socialista Manuel de la Rocha afirmó en El País que las causas de la crisis económica “son bien conocidas, por una parte la crisis financiera internacional derivada de la falta de regulación del sistema, y por otra la específica burbuja inmobiliaria de nuestro país. En ambos casos la especulación, el enriquecimiento sin límite, el laisser faire”.

Hubo mucha regulación financiera. Puede sin duda replicarse que dicha regulación fue mala, desestabilizadora y contradictoria –pensemos por ejemplo en Basilea II y la contabilidad “mark to market”. Pero hablar de falta de regulación es absurdo. Y aún más absurdo es que don Manuel mencione la crisis financiera sin decir ni una sola palabra de los bancos centrales, que empezando por la Reserva Federal orquestaron una espectacular expansión monetaria, razón de la burbuja, que al ilustre diputado no le merece comentario alguno.

Los especuladores son chivos expiatorios desde hace siglos. Lo que nadie ha podido demostrar nunca es que comprar barato y vender caro, que es lo que hacen los especuladores, sea necesariamente nocivo. Otra consigna cara a la corrección política es la supuesta maldad del enriquecimiento rápido o sin límites; por alguna razón que se me escapa, hay gente que cree que es mejor menos riqueza y más tarde que más riqueza y más temprano.

Corona sus disparates el señor de la Rocha diciendo que todo se debe al laisser faire cuando en el mundo sin excepción el dinero es público y monopólico, y está administrado por unas entidades públicas y monopólicas llamadas bancos centrales, cuya relación con el mercado libre está por demostrar. Y pensar que la burbuja inmobiliaria tiene que ver con el liberalismo, cuando los tipos de interés los maneja el sector público y la construcción está regulada por las Administraciones Públicas, es pensar de una forma peculiar.

Publicado originalmente en:

http://www.libertaddigital.com/opinion/carlos-rodriguez-braun/diagnostico-socialista-sobre-el-capitalismo-47129/

jueves, 8 de enero de 2009

Recesiones sin soluciones

Autor: Juan José Garrido Koechlin.
El
National Bureau of Economic Research (NBER) de los EE.UU. acaba de confirmar lo que -a todas luces- era ya notorio: la recesión norteamericana empezó en Diciembre del 2007. Tomando en consideración que la crisis aún se encuentra en una etapa temprana, el NBER no se anima a estimar cuándo acabará la misma.
Tratemos de listar algunas cifras que alumbren –si se puede- hacia dónde apunta la presente crisis.
Veamos la data histórica: Desde 1854 hasta el 2007 han ocurrido 32 ciclos económicos –patrón de expansiones y contracciones de la actividad económica. Estamos en el trigésimo tercer episodio.
Entre 1854 y 1919 ocurrieron 16 ciclos, con un promedio de 22 meses de contracción y 27 meses de expansión; entre 1919 y 1945 ocurrieron 6 ciclos, con un promedio de 18 meses de contracción y 35 meses de expansión; finalmente, entre 1945 y el 2001 se han producido 10 ciclos, con un promedio de 10 meses de contracción y 57 meses de expansión. Los últimos dos ciclos económicos -ocurridos entre Julio de 1990 y Marzo de 1991, y entre Marzo del 2001 y Noviembre del 2001- han durado 8 meses en sus etapas de contracción y cerca de 100 meses en sus etapas de expansión. La última expansión económica, ocurrida entre Noviembre del 2001 y Diciembre del 2007 duró sólo 73 meses.
Queda por ver cuánto durará esta etapa de contracción. Por lo pronto, sería bueno saber que la Depresión de 1929 se produce con las políticas intervencionistas de la recién creada FED (en 1913) a fin de apalear la recesión de 1925. Las políticas hiperinflacionistas para apalear una crisis produjeron, cuatro años después, la peor catástrofe económica registrada hasta la fecha; eso es, hasta ahora, ya que las políticas actuales contra-recesivas son de igual intención. ¿Cuidado con la Depresión del 2012?.

La Verdad Sobre Friedman

Autor: Juan Carlos Hidalgo

El nombre de Milton Friedman ha estado en boca de muchos en estos meses de crisis financiera. En especial, han sido los adversarios del liberalismo económico los que anuncian con bombos y platillos la muerte de las tesis del que fuera premio Nobel de Economía en 1976. Las críticas parten desde lo ridículo, como las esbozadas por la autora canadiense Naomi Klein en su último libro The Shock Doctrine, hasta las más sesudas, como las del Nobel de Economía de este año Paul Krugman, y que fueron reproducidas en estas páginas por el señor Fernando Araya (10/12/08).
Cargo infundado. Es necesario dejar un punto claro desde el inicio: Milton Friedman no era un intelectual dogmático. Solo basta leer lo escrito por cientos de sus ex-alumnos para darse cuenta de lo infundado que resulta dicho cargo. Uno de ellos es el economista costarricense Rodrigo Bolaños, quien, días después de la muerte de Friedman en noviembre del 2006, recordó en La Nación cómo en sus clases su antiguo profesor “nunca discutía sus polémicos e influyentes escritos y pensamientos en defensa de la libertad de elección y los mercados competitivos o las críticas demoledoras a la intervención estatal injustificada. Más bien, su empeño en clase era enseñarnos el buen uso de… la caja de herramientas del análisis económico”.
Una muestra del carácter no dogmático de Friedman fue su idea a finales de los ochenta de crear un índice de libertad económica que midiera científicamente cuán libres eran las economías del planeta. Alguien que se aferra a dogmas no se molestaría en comprobar empíricamente la certeza de sus ideas, pero Friedman siempre fue partidario de utilizar indicadores objetivos para probar sus tesis. Es así como nació el informe Libertad económica en el mundo , publicado anualmente por el Fraser Institute de Canadá, el cual es hoy en día una publicación de vanguardia que es utilizada por cientos de investigadores alrededor del mundo. Este estudio demuestra de manera objetiva cómo los habitantes de los países con mayor libertad económica disfrutan de mejores niveles de vida en el planeta.
Intervencionismo estatal. La mención de Araya a las críticas de Krugman se da, según él, en el contexto de “la peor crisis conocida del capitalismo especulativo”. Araya salta así a culpar al libre mercado del socollón financiero actual. Sin embargo, la crisis que afecta a la economía mundial fue causada en primera instancia por el intervencionismo estatal, no por la ausencia de éste. Desde la garantía estatal implícita a los gigantes hipotecarios creados por el gobierno Freddie Mac y Fannie Mae, y los mandatos del Congreso estadounidense que obligaron a los bancos a asumir mayores riesgos a la hora de otorgar créditos de vivienda (ambas intervenciones que provocaron la crisis subprime ), hasta las tasas de interés artificialmente bajas de la Reserva Federal durante varios años al inicio de la década que crearon la burbuja inmobiliaria y las regulaciones sobre el uso de la propiedad que distorsionaron el mercado de viviendas.
Las manos del intervencionismo estatal están por todas partes, mientras que el bando keynesiano, con Krugman a la cabeza, no ha podido citar una sola desregulación financiera que fuera la causante de esta crisis.
El mercado no ha fallado, diría Friedman. Simplemente está reaccionando a décadas de intervenciones políticas que lo distorsionaron. No se puede culpar al mercado por malas decisiones basadas en incentivos generados por la intromisión estatal. El mercado simplemente nos está diciendo ahora cuáles políticas son sostenibles y cuáles no.
Finalmente Araya debería tener cuidado en citar a Krugman como autoridad económica de última instancia. Ya en el pasado el flamante Nobel ha sido criticado por su poner sus prejuicios ideológicos por encima del análisis económico ( The Economist , Nov. 13, 2003). En su crítica contra Friedman, Krugman señala que “es extremadamente difícil encontrar casos en los que Friedman reconociese la posibilidad… de que la intervención pública podía ser útil”.
Esto es una falacia. Uno de los grandes aportes de Friedman fue su crítica a la incapacidad de la FED de aumentar la liquidez monetaria durante los primeros meses de la Gran Depresión. Friedman también apoyó medidas como el impuesto de renta negativo (de carácter redistributivo) y los vouchers escolares, que implican el financiamiento estatal a la educación.
No es casualidad que en su respuesta a Krugman, Anna Schwartz, una de las principales autoridades monetarias en Estados Unidos, señaló que su ataque a las tesis de Friedman demuestra que “no habla con autoridad sobre temas en los que carece de pericia”.
Tomado de
http://atlas.org.ar/articulos/articulos2.asp?Id=12387. Republicado con la autorización de Fundación Atlas 1853.