viernes, 20 de febrero de 2009

¿Quién se hace cargo de nuestra ciudad?

Todos y nadie। En el “todos” se puede mencionar a las municipalidades, a los ministerios de Vivienda, Transportes, Interior; incluyendo a órganos desconcentrados como la COFOPRI y a empresas públicas como la SEAL y SEDAPAR. El “nadie” se debe a que todos tienen responsabilidades en el marco de sus funciones sectoriales (y municipales), pero nadie es el responsable del resultado de la suma de las partes.

Consecuencia inevitable: falta de coordinación que redunda en un crecimiento urbano caótico e inviable junto a un deterioro constante de la calidad de la vida de los arequipeños।

El asunto es que carecemos de un marco institucional que permita un gobierno para las ciudades intermedias como Arequipa (Lima tiene un gobierno metropolitano)। Aunque algún nivel de discrecionalidad podría observarse en las municipalidades provinciales, éstas no son gobiernos de ciudades sino gobiernos municipales de provincia (con una clara connotación rural) que por defecto administran las ciudades de manera precaria, incompleta y compartida. Las municipalidades distritales urbanas, por su lado, carecen de una perspectiva que vaya más allá de su distrito y no han demostrado una convergencia en los asuntos de la ciudad.

En otras palabras, la gestión urbana se encuentra fragmentada en las más diversas reparticiones públicas, tanto locales como nacionales, donde cada una toma individualmente decisiones sectoriales y distritales que inciden sobre la ciudad। Arequipa como ciudad aún no ha superado el millón de habitantes pero ya enfrenta problemas típicos de una urbe de un país en desarrollo: crecimiento urbano desordenado, alta contaminación, inseguridad y delincuencia, problemas de transporte y vialidad, etc. En este contexto, la ciudad necesita ser pensada y administrada como una unidad metropolitana y no como una simple suma de los distritos que la componen; más aún si los problemas son de ámbito metropolitano, es decir, rebasan los límites de cualquier distrito y, consecuentemente requieren una solución integral.

Un “gobierno de la ciudad” permitiría superar la atomización y fragmentación de las intervenciones municipales y sectoriales, respectivamente; dando paso a un “ente responsable de la administración de la ciudad” que se haga cargo de sus problemas (en la coyuntura actual pensemos en problemas como la contaminación y el transporte público) y de su desarrollo। Las ganancias para Arequipa serían considerables en términos de coordinación, planificación y gestión urbana, permitiendo pensar y construir la ciudad competitiva que queremos para el corto, mediano y largo plazo.

La experiencia cercana de un país como Colombia nos muestra que sus ciudades poseen un gobierno propio; el caso más resaltante es su segunda ciudad en importancia: Medellín, con un gobierno metropolitano que ha logrado excelentes resultados en ámbitos como seguridad ciudadana, vivienda y desarrollo urbano। En Chile ya se ha iniciado el debate para dotar de gobiernos metropolitanos en Concepción, Viña del Mar y Valparaíso.

Aprovechando el proceso de descentralización, se debería plantear gobiernos para las ciudades, al menos para aquellas que superen el medio millón de habitantes। Esto permitiría superar el viejo esquema del municipio provincial (es innecesario tener dos niveles de municipios) y permitiría una administración urbana con capacidad de enfrentar los problemas actuales de la ciudad y generar mayor calidad de vida para los ciudadanos.

Publicado en el Diario Correo del 16 de Enero de 2006http://www.correoperu.com.pe/correosur/arequipa/columnista.php?col_id=115

No hay comentarios: